: : Yoshitomo Nara: brillante por su simpleza

Solo en la última década, el arte japonés ha tenido una verdadera explosión de reconocimiento a nivel mundial, tanto así que en el mundo pop, Yoshitomo Nara es un verdadero artista de culto. Nacido en 1959 en Hirosaki, Nara fue criado en el herido Japón de post guerra. Su trabajo – que contempla pinturas, esculturas y dibujos – parece increíblemente simple: en los primeros planos suelen encontrarse niñas – supuestamente frágiles y con enormes cabezas –, o dulces perritos que en muchas ocasiones acompañadas de mensajes de rebeldía ante la sociedad actual como: “Cambia la historia”. Nara reflexiona en su obra sobre la infancia y un mundo lleno de contradicciones. El artista, combina en cada obra la inocencia y el conflicto.

Para el artista nipón, los niños representan un mundo marcado por la confusión y la ansiedad ante un futuro incierto. Tras la aparente inocencia y optimismo de sus figuras de grandes ojos de comic japonés se esconde el desencanto y la impotencia de su frágil y pequeña condición. “Solo dibujo aquello que conozco por experiencia” dijo Nara en una entrevista, “mi arte esta fuertemente influenciado por mi infancia”.

No es difícil entender el agrado que el artista logra entre sus seguidores; su estilo es intencionalmente plano y de líneas poco uniformes y gruesas. Tonos sepias ocultan el casi minimalista uso del color. Nara encanta porque sus trabajos son simples, pero profundamente complejos. Sus modelos le hablan a cada persona entregando mensajes distintos. Para algunos las pequeñas de Nara son frágiles representaciones, mientras que para otros, por el contrario, están llenos de malicia y sus miradas son acusadoras. “Seguramente mis fans entienden mucho mejor mi obra que yo”, comentó modestamente. Puede que así sea, y el arte de Nara haga “click” con los sentidos de las personas, permitiéndoles desarrollar una visión intuitiva, que va mas allá de la obra misma, entendiendo mensajes ocultos.

En cuanto a los estilos, existen dos tipos de artistas: aquellos como Picasso, quien tuvo variaciones en su estilo o aquellos como Giorgio Morandi, quien mantuvo la misma visión estilística durante toda su carrera – el problema aquí es mantener la misma intensidad a través de sus trabajos tan similares entre si –. De acuerdo con esto, podríamos decir que Yoshitomo Nara encaja perfectamente en esta segunda definición, ¿y porque no?, el mismo Nara ha dicho que no tiene otra alternativa al respecto, ya que “aunque trate de dibujar de otra manera, siempre vuelvo a lo mismo”. Hay quienes incluso han dicho que el trabajo de Nara sobre el lienzo tiene un dejo de “automatismo”.

Tal y como lo hacen los músicos de Punk Rock que le sirven de inspiración, el trabajo del artista viene de adentro, surge de sus invisibles sentimientos y emociones en un mundo en donde pareciera que nunca pasa nada. En algunos de los cuadro de Nara se pueden apreciar instrumentos filosos, peligrosos para que los tengan los niños, pero el artista ha dicho que estos no son instrumentos de agresión, “son pequeños casi como juguetes – dijo el artista –, ¿tu crees realmente que ellos puedan pelear con esos artefactos?, lo dudo ya que yo veo a los niños rodeados de personas mayores con armas aun mas grandes y peligrosas”. De hecho, las figuras en sus cuadros están mirando hacia arriba, hacia algo mas alto que ellos, miran a un mundo que es mucho mas aterrador y peligroso para ellos.

El mundo en que vivimos lamentablemente ha perdido su inocencia parece ser el mensaje que Nara quiere entregar a través de su arte pop. Un arte que debe ser apreciado con calma, ya que sin duda alguna, el espectador encontrará sus propias lecturas, pero cuando lo haga, tenga cuidado, ya que en esa búsqueda por entender el trabajo del artista puede terminar encontrándose a usted mismo.

: : La exquisita agonía de vivir en Manhattan

Vivir en Manhattan “tiene ese que se cho” indescriptible, algo que solo las personas que viven en ella pueden describir, una mística especial. Claro que vivir en la ciudad que nunca duerme tiene su precio, muy alto para algunos, algo así como una neurosis clínica, eso se debe principalmente a que la ciudad que no descansa tampoco permite que se descanse mucho en ella.

Es tan fuerte esta mística que hay personas que son capaces de desechar la idea de vivir en un espacio mas amplio, con mas comodidades, con mejor aire en Carroll Gardens, Riverdale o Staten Island por quedarse en sus humildes, pequeños y caros espacios en Manhattan. “Brooklyn es Brooklyn – comenta Marti, una joven paralegal que vive en la ciudad –, se que suena ridículo, pero no dejaría mi pequeño departamento en la calle 80”.

Sin duda los cinco boroughs tienen cada uno su particular encanto y todos forman parte de una gran ciudad como es Nueva York, pero Manhattan sigue siendo Manhattan.

No faltan quienes odian con todo su corazón andar en Metro, y darían lo que fuera por poder caminar al trabajo, o la comodidad de vivir en un departamento que esta encima de un Deli que opera las 24 horas del día, o tener 3 o 4 restaurantes en la misma cuadra y de paso una que otra boutique. Ni hablar de las atracciones que se pueden encontrar en Manhattan: el Lincoln Center, caminar por Central Park, visitar el Metropolitan Museum o el Museo de Arte Moderno o irse de un viaje al SoHo. El ex alcalde de Nueva York, Ed Koch comentó recientemente en una entrevista realizada por el New York Times que “seria feliz viviendo en cualquiera de los cinco boroughs, pero debo reconocer que Manhattan es lejos el lugar que prefiero para vivir, simplemente porque aquí uno tiene teatros, los museos, los cines y las instituciones culturales, además de los buenos restaurantes, todo en una escala mayor que en cualquier otro lugar”, y no deja de tener razón.

Ahora bien, no se puede dejar de lado el dejo de arribismo que produce vivir en una ciudad como Manhattan, en donde se puede ser vecino de un famoso como Lisa Minnelli, David Rockefeller o Steven Spielberg. “Hay que reconocer – comenta Donald, un joven músico neoyorkino –, nos llena de orgullo todo acerca de esta ciudad, sus edificios, sus instituciones, sus personas… todo ese glamour”.

Toda esta sicosis que produce vivir en la ciudad, hay quienes dicen que se debe principalmente a la ignorancia, ya que muchas personas desconocen barrios maravillosos que hay en Brooklyn, pero no dejan de reconocer que la mística que tienen Manhattan va mas allá de la razón.

: : El silencio (Poema inédito)

Te iras; yo también me habré ido.
La oscuridad no es más que el silencio de la luz.
Navegaste por el Aqueronte
Hasta llegar al lugar donde se unen las corrientes.
Nuestros muertos me miran desde un escondrijo
Lozanos con mi compañía al albor de las ceras.

Nos hemos alejado tanto que ya no escucho tu voz;
Ambos nos iremos algún día, y el silencio asaltara la morada.
Los muertos observaran con ojos tristes nuestra ausencia
Y lloraran en el vacio.
Las ceras se habrán extinguido por completo.

Te iras; yo también me habré ido.
La luz no entrara más por nuestra lumbrera.
La noche se hará eterna afín con el silencio.
Recordaras en la distancia la melodía de los violines
Y tus ojos se llenaran de lágrimas, las mismas que perdí en NY.

Las ceras se habrán extinguido por completo
El oxigena de la habitación se habrá ido para siempre.
En el silencio resplandecerán las tenebrosas sombras
Y el silencio.

© 2007