Cabros, no sé si han fijado pero hay personas con buena piel
y otras no tanto. Mi punto es que en Chile están los que ni se arrugan. Tal
cual, no se arrugan con nada.
Les contaré la historia de un conocido, no somos amigos, y
lo más probable es que el susodicho no sepa siquiera de mi existencia, pero le
conozco, lo suficiente como para querer hablar de él. Este conocido se llama
Jovino, y tiene una de esas pieles que resiste todo. No se arruga con nada. El
caso es que Jovino tiene un grupo de amiguitos con los que juega, son como sus
títeres, ellos tampoco se arrugan.
Uno de sus amiguitos con los que juega, el Willy, lo
defiende ferozmente. No deja que nadie lo moleste. No deja que nadie le haga
bullying a Jovino. Por el contrario, está dispuesto a defenderlo hasta las
últimas. Esos sí que son amigos.
Por la otra vereda camina mi amiga Michi, a ella la defiendo
yo. Nadie la molesta, ella es de buena piel, pero no tanto, a veces se arruga,
principalmente de pena ya que su regalón es un pastel. El problema de mi amiga
Michi es que no todos los que la rodean son buenos amigos como el Willy y
Jovino. No. Los amigotes de la Michi se pasan autogoles, y si no, les dejan los
goles servidos a los del otro equipo.
En este marco, el Willy llamó a la Cote, otra amiga de
Jovino que tampoco se arruga. La llamó para ver que maldades le podían hacer a
la Michi y sus nuevos amigos, ya que se sacó varios pasteles del lado. Estos
niñitos darían la vida por Jovino. De hecho, creo que de no ser por Jovino,
ninguno de ellos existiría.
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