: : La exquisita agonía de vivir en Manhattan

Vivir en Manhattan “tiene ese que se cho” indescriptible, algo que solo las personas que viven en ella pueden describir, una mística especial. Claro que vivir en la ciudad que nunca duerme tiene su precio, muy alto para algunos, algo así como una neurosis clínica, eso se debe principalmente a que la ciudad que no descansa tampoco permite que se descanse mucho en ella.

Es tan fuerte esta mística que hay personas que son capaces de desechar la idea de vivir en un espacio mas amplio, con mas comodidades, con mejor aire en Carroll Gardens, Riverdale o Staten Island por quedarse en sus humildes, pequeños y caros espacios en Manhattan. “Brooklyn es Brooklyn – comenta Marti, una joven paralegal que vive en la ciudad –, se que suena ridículo, pero no dejaría mi pequeño departamento en la calle 80”.

Sin duda los cinco boroughs tienen cada uno su particular encanto y todos forman parte de una gran ciudad como es Nueva York, pero Manhattan sigue siendo Manhattan.

No faltan quienes odian con todo su corazón andar en Metro, y darían lo que fuera por poder caminar al trabajo, o la comodidad de vivir en un departamento que esta encima de un Deli que opera las 24 horas del día, o tener 3 o 4 restaurantes en la misma cuadra y de paso una que otra boutique. Ni hablar de las atracciones que se pueden encontrar en Manhattan: el Lincoln Center, caminar por Central Park, visitar el Metropolitan Museum o el Museo de Arte Moderno o irse de un viaje al SoHo. El ex alcalde de Nueva York, Ed Koch comentó recientemente en una entrevista realizada por el New York Times que “seria feliz viviendo en cualquiera de los cinco boroughs, pero debo reconocer que Manhattan es lejos el lugar que prefiero para vivir, simplemente porque aquí uno tiene teatros, los museos, los cines y las instituciones culturales, además de los buenos restaurantes, todo en una escala mayor que en cualquier otro lugar”, y no deja de tener razón.

Ahora bien, no se puede dejar de lado el dejo de arribismo que produce vivir en una ciudad como Manhattan, en donde se puede ser vecino de un famoso como Lisa Minnelli, David Rockefeller o Steven Spielberg. “Hay que reconocer – comenta Donald, un joven músico neoyorkino –, nos llena de orgullo todo acerca de esta ciudad, sus edificios, sus instituciones, sus personas… todo ese glamour”.

Toda esta sicosis que produce vivir en la ciudad, hay quienes dicen que se debe principalmente a la ignorancia, ya que muchas personas desconocen barrios maravillosos que hay en Brooklyn, pero no dejan de reconocer que la mística que tienen Manhattan va mas allá de la razón.

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