: : El tiempo es ahora

Ah Michelle, Michelle que miércale está pasando. Donde te has metido. Volviste santificada de tu visita al Vaticano, apoyaste a la roja de todos en el Pasional y después desapareciste.

Sé que hay asuntos que te tienen de capa caída, como lo del pastelin y su Nati y ni hablar del niño Pencailillo. De verdad lo siento. Lo digo de corazón. A nadie le gusta ver como estas. Por el contrario, quisiéramos verte energizada, vigorosa, empoderada a mil en tu cargo. Quisiéramos verte gobernando con poder, con fuerza, con arrojo.

No es de pesado, pero te aviso que si la Roja gana la Copa, la euforia durará lo que dura un Candy. Una vez limpiada la Plaza Italia de los horrendos desmanes y comida la deliciosa marraqueta con te del desayuno la cosa volverá a ser igual. Seguirán las marchas (que en todo caso no han cesado), seguirá el transantiago como el hoyo, seguirá Chahuan a la casa de los sátrapas politiqueros y manos largas, los profesores, los alumnos, los empleados públicos, las nanas, los carteros, los choferes, las enfermeras seguirán ganando sueldos miserables. La dignidad de los chilenos seguirá pisoteada por esa casta que te rodea, que te susurra al oído.


Michi, ponte los pantalones. Córtala de querer tapar el sol con uno de tus hermosos dedos. Ponte las pilas y gobierna. Deja de tratar de defender lo indefendible y que paguen quienes tienen que pagar. No permitas que sigan los acuerdos a puerta cerrada. No dejes que la depre te consuma. No pases a la posteridad como una mala presidenta. Michi de mi corazón, has algo, pero hazlo ya.



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