: : NO ES CIENCIA FICCION


(Articulo, nov. 2006)

Las palabras del secretario general de la ONU, Kofi Annan suenan a cliché pero son tristemente ciertas: “el cambio climático no es un asunto de ciencia-ficción".
Y así es ya que la evidencia científica con la que se cuenta ahora es más completa y mucho más alarmante, pues sugiere que nos estamos acercando a un punto de no retorno. Lo más triste, es que como siempre, los daños más severos afectarán directamente a las comunidades más pobres del planeta.

Los futuros océanos
De acuerdo al informe "Los futuros océanos” presentado recientemente por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), los efectos del calentamiento global en los océanos se acercan al peor de los cálculos científicos con aumento del nivel del mar, huracanes devastadores y pérdida de los corales. La tendencia actual, comprobada por satélite, muestra que el nivel del mar sube tres centímetros por década, lo que se acerca al peor escenario de todos los calculados por el IPCC.
El aumento del nivel del mar, derivado entre otros factores del deshielo de los glaciares, es uno de los impactos más graves del cambio climático sobre la humanidad, y según la opinión de los expertos, partes de Manhattan, Holanda, Bangladesh y miles de pequeñas islas podrían quedar bajo las aguas.
La temperatura de la superficie del mar está aumentando casi al mismo ritmo que la del aire y se ha constatado ya una reducción del hielo del Ártico del 20 por ciento entre 1974 y 2005.
Limitar el aumento de las temperaturas globales con respecto a la era preindustrial y lograr que no se incrementen más de 0,2 grados por década es esencial no sólo para prevenir peligrosos cambios climáticos, sino para preservar el estado de los océanos.
Ahora bien, a pesar de que no está comprobado que el cambio climático incremente el número de huracanes, sí está demostrado que puede aumentar su fuerza destructiva.

La única alternativa
La actividad humana está desencadenando cambios en los océanos sin precedentes en varios millones de años y esas alteraciones ya pueden ser medidas.
El actual modelo de consumo energético, basado en la quema de combustibles fósiles, es insostenible por una razón básica (los yacimientos de esos combustibles se están agotando) y como ya hemos visto, ocasionan graves trastornos ambientales.
Ante esta amenaza del cambio climático, la única alternativa que nos va quedando es el tránsito hacia otras fuentes de energía. Por ejemplo, aún no se obtiene pleno provecho del enorme potencial de las energías eólica, solar, hidráulica, geotérmica, de biomasa y oceánica. Estas fuentes de energía son viables desde el punto de vista técnico y económico. Además, suministran energía en forma perenne y limpia. El manoseado protocolo de Kioto, ratificado por 166 países –que de paso no fue firmado por los Estados Unidos–, en vigor desde febrero de 2005, impone a las naciones industrializadas límites obligatorios de emisiones de dióxido de carbono –causantes del calentamiento de la Tierra– con objeto de reducirlas globalmente entre 2008 y 2012, es verdaderamente un paso muy pequeño, pero no por eso menos importante. Aún queda mucho por hacer.

No hay comentarios.: