: : De turistas espaciales y palos de golf

La capital del estado de Colorado es Denver, que de paso es la más grande. Esta metrópoli está situada en el valle del río Platte Sur al este de las Montañas Rocosas (Rocky Mountains). Por su elevada ubicación es también conocida como Mile-High City, ya que esta a cinco mil doscientos ochenta pies de altura, una milla exacta hacia el cielo desde el nivel del mar. Más de medio millón de personas coexisten en esta urbe, entre ellos, sacando la voz, se encuentra un grupo de ciudadanos quienes están promoviendo la creación de una "comisión de bienvenida" a eventuales visitantes extraterrestres. Una maravilla.

La idea es diseñar un verdadero protocolo sobre cómo actuar ante un contacto con seres de otro mundo. Me parece algo genial. Admirable. Creo que en un momento tal debemos demostrar lo civilizados que somos. No vaya a ser que los visitantes de otras galaxias se lleven una impresión equivocada de los terrícolas, término que deben utilizar para referirse a nosotros. La iniciativa ya ha reunido suficientes firmas, unas cuatro mil para ser más precisos, lo que le permitiría ser llevada a votación ante el consejo municipal.

De ser aprobada esta extravagante genialidad, se establecerá una “Comisión de Extraterrestres”. Dicho organismo deberá estudiar qué mensajes debe ofrecer la humanidad a los alienígenas cuando lleguen a nuestro planeta, así como facilitar la más armoniosa, pacífica, mutuamente respetuosa, y beneficiosa coexistencia posible entre los seres humanos y los visitantes de otro planeta.

Mi preocupación es que algo tan serio como la bienvenida de estos visitantes no puede ser dejado en manos inexpertas, es algo que le correspondería posiblemente al departamento de turismo, ya que eso es lo que serían estos visitantes, turistas de inteligencia superior. Me los imagino visitando museos, monumentos nacionales o comiendo en algún restaurant de comida rápida. Estos personajes deben conocer el kétchup y los aros de cebolla. No dudo que la popularidad de las pizzas y del pollo frito de Kentucky haya traspasado las fronteras siderales. Bien por los cuatro mil ciudadanos de Denver que decidieron adelantarse a los hechos. Un prodigioso ejemplo.

En todo caso, el tema de la semana ha sido la infidelidad del golfista Tiger Wood hacia su blonda esposa. Regia ella. Mucho mejor que la amante según la opinión de muchos. ¿En que habrá estado pensando el deportista? Como pecas pagas hubiese dicho mi madre al ver como la esposa lo atacó con sus palos de golf. Los golpes deben haber sido precisos, sin embargo el mejor de todos ha sido el golpe que le ha dado a su cuenta bancaria ya que al parecer, las disculpas del tigre no fueron suficientes y ahora tendrá de desembolsar cincuenta y cuatro millones además de arreglar su contrato prenupcial favoreciendo de mejor manera a su amada esposa. Algo así sólo podría compararse con un hoyo en uno. El mejor palo que le pudo haber pegado al atleta. Supongo que Tiger lo pensará mejor la próxima vez que decida tirar una canita al aire.

Creo que lo de Denver es mejor que lo de Tiger, en todo caso ambas situaciones me demuestran lo bien encaminada que va la humanidad gracias a la prensa. Este tipo de noticias son las que más llaman la atención en los medios, todo lo demás, no es más que pelos de la cola. Bien por los denverianos futuristas, bien por la señora Woods. Mal por todas las cosas que de verdad son noticia.

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