: : Entre palos y cruces

Al pobre Tiger le llueve sobre mojado. Pobre niño. Le siguen apareciendo parejas por aquí y por allá. ¿A qué hora tuvo tiempo de emparejarse tanto? Nadie se lo explica. Este niño debe ser más mago que Criss Angel. Sus habilidades golfísticas son cosa del pasado. Ahora el tipo es un don Juan.

Errar es humano dicen por ahí. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Pero así no más es la cosa. No podemos hacer mucho al respecto. Es difícil aprender de los ejemplos me dijo por ahí un conocido. Los mortales sólo aprendemos cuando la embarramos hasta el fondo. Tiger debe estar seriamente arrepentido de su canita al aire. Se debe estar preguntando una y otra vez en que estaba pensando. Su güera y nórdica esposa no se la va a perdonar fácilmente, Tiger lo tiene más que claro y está sacando cuentas chequera en mano.

Pero así somos. Imperfectos. Corruptibles. Inconstantes. Nos caemos más de la cuenta en nuestro paso por el mundo de los vivos. Unos más que otros, pero al final nadie se salva. No aprendemos nunca de los ejemplos. Terrible.

Yo tengo claro que no soy perfecto. Lo acepté hace tiempo. No fue fácil. Nunca es fácil asumir los errores. Es cosa seria. Por eso es que en parte entiendo al pobre Tiger. No soy quien para juzgarlo y creo que por todo lo expuesto anteriorment hasta se lo pudiera dejar pasar. Lo que sí no no me puedo tragar fácilmente es la copa que me han servido mis amigos del Vaticano. Aquí sí que la cosa me pilla descolocado.

Sucede que estas nobles personas han difundido una declaración, luego de dos semanas, en donde dicen sentirse “avergonzados y consternados” por la forma en que actuó su filial irlandesa en los casos de abusos sexuales cometidos contra menores por sacerdotes de la archidiócesis de Dublín. Horror. Otra vez con lo mismo. Hasta cuando quieren seguir tapando el sol con la mano. Hay algo que está muy mal dentro de esta institución y al parecer no hay el menor ápice de cambio en su interior.

El gobierno irlandés criticó además la falta de cooperación por parte de las autoridades del Vaticano con la comisión que investigó los abusos, a pesar de que la solicitaron por escrito en 2006 a la Congregación para la Doctrina de la Fe, institución que presidió el propio Papa Benedicto XVI, entonces cardenal Joseph Ratzinger.

Hasta cuando seguirán pidiendo disculpas estas personas por sus terribles faltas. Me gustaría ver mano dura con los curitas que atentaron contra la ingenuidad de los menores que habían sido dejados a su cuidado por, lo más probable, devotos y confiados padres. Lo increíble. Es que después de todo esto, siguen creyéndose con autoridad moral para meterse en la vida de todas las personas abusando de su poder una y otra vez. Hasta cuando me pregunto yo. Ante estos abusos, lo de Tiger no es más que un desliz de verano.

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