: : El cuento del equino de palo

De acuerdo a la mitología, Aquiles fue un tremendo griego. De esos que todos quieren ser amigos. “El de los pies ligeros” le llamaba Homero. El más “hermoso” le decían algunos muchachos de raras costumbres. Sin duda era muy popular. Un “bábbaro”. Como si fuera poco, el tipo más encima nos dejó como héroe. Cayó en combate. Luchando fieramente contra los troyanos (no los condones por si acaso). Su pueblo quedó devastado con esta pérdida. No sabían qué hacer. Estaban en el limbo. No era lo mismo pelear sin Aquiles al frente.

En esas condiciones de bajón anímico, los griegos no tenían por donde ganar la guerra. Sucedió entonces que Odiseo se puso a mirar al cielo. Debe haber estado pensando cómo salía de esta. Buscando alguna señal, y la encontró. Vio como un halcón perseguía a una paloma con claras intenciones de comérsela. Pero la paloma logró llegar a un refugio y se le escapó. Pero el halcón no se quedó con las ganas. Fue paciente. Revoloteó un rato por encima del escondite de la pichona que miraba al cielo asustada y finalmente se posó lejos de la vista de su presa. La sisella al ver que su perseguidor se había ido... salió. Craso error. El halcón salió de su guarida y la casó. Odiseo se dijo entonces, “hay que ser astutos para conseguir la victoria”, regresó a su cuartel general y mandó a construir el Caballo de Troya.

Como los griegos sabían que los troyanos eran devotos creyentes de Atenea, a un lado del equino de palo escribieron una leyenda que decía que éste era una ofrenda para su diosa. Redonditos cayeron los feroces troyanos en el ardid de sus rivales.

La Ilíada y la Odisea son de esos libros que disfruté mucho leyendo cuando niño. Desde entonces no lo he vuelto a tocar, sin embargo nunca se me olvidó esta leyenda. Una belleza. Me pregunto si en la actualidad podría ganarse una guerra usando una treta como ésta. Lo dudo. Los tiempos han cambiado. Ya nada es igual. El mundo no es el mismo.

Ayer me encontré con la noticia de que en tres años más se pretende retirar a todas las tropas de Afganistán. Dar por finalizada la misión militar. Asumir que esa guerra no da para más. Pero antes, se mandarán treinta mil soldados más dentro de los próximos seis meses. En la noche me lo confirmó el mismo presidente en un bien preparado discurso. No puedo dejar de pensar que todo este cuento de la guerra, incomprensible por cierto, no es más que un gran jamelgo de madera terciada que se ha utilizado para ocultar los propósitos reales de algo que fue planeado por un manojo de individuos cuyos intereses egoístas no tienen nada que ver con las razones que nos han vendido para aceptar tamaña incursión. La guerra esta no ha sido más que una treta para que un grupo de personas hicieran más dinero.

Al parecer siempre termino hablando de este tema, y me parece que hay que hacerlo. La avaricia, la codicia de algunos, los intereses mezquinos de unos pocos manejan las vidas de todos los demás. Es un mal chiste. Ninguno de los caídos en estas incursiones bélicas ha sido miembro de las acomodadas familias de estos seres. Todo lo contrario. Las carnes de cañón han sido jóvenes humildes, algunos ilegales. Personas de clase media hacia abajo que esperaban algo mejor para sus vidas creyendo en las mentiras que las fuerzas armadas utilizan para convencerlos de prestar sus vidas por la defensa de los ideales libertarios que nos venden en la televisión. Si algún día cualquiera de mis hijos decide servir en las fuerzas armadas, respetaré su decisión, pero mi corazón sufrirá tal y como sufro hoy de saber que el presidente no ha cumplido con nada de lo que ofreció.

El presidente Obama amarró su decisión a la promesa de que para el 2011 las tropas comenzarían a regresar a casa. Lo anunció desde el lugar más simbólico que encontró. Me van a perdonar, pero este caballito de Troya no debería usarse en casa sino fuera de ella, para ganar algo en verdad y no para seguir invadiendo las mentes de los norteamericanos con cuentos infantiles. Cada día que pasa me siento más defraudado por este gobierno. No comulgo con la manera débil en que la presidencia negocia todo con su contraparte, jugando con los votantes, persiguiendo mantener alta la popularidad y salir ilesos. Fue bonito el discurso. Pero al final fueron solo eso, palabras bonitas. Vacías y engañosas. Ambiguas. Poco especificas. Triviales. Un caballo de Troya para despistar y conquistar las mentes de los televidentes. No fue para esto que voté.

3 comentarios:

Octavio Guerra Royo dijo...

Creo, amigo Pablo, que todo lo que nos regalan los medios -que incluyen nuestros mediáticos políticos, ideólogos, etc.- es un enorme caballo de Troya que oculta todo el espectro de la realidad para hacer que los troyanos caigan una y otra vez en la trampa. La Ilíada fue la culpable en que me convirtiera en lector voraz. No puedo olvidar aquella remota maestra de mi infancia que sacó aquel enorme y viejísimo libro lleno de grabados de Doré y de ese delicioso misterio que aún busco por todas partes.

Anónimo dijo...

Me has animado a reelerlos, que buenos eran y creo que ahora los disfrutaria mas. Creo que ahora los entenderia/valoraria mejor.

Lo que lamento es tu desilusion tan temprana; no es que no la comparta. Lo que pasa es que para desmontar toda la estructura putrefacta de Washington, e juego perverso de la politica moderna y con la que no comulgamos, se toma tiempo -- o quiza es imposible desalojar. La diferencia entre democratas y republicanos es solo el tipo de maquillaje que utilizan - no hay diferencias de fondo, solo de forma.
Hay que escribir; algo quedara.

WM

Anónimo dijo...

Imagínense dos superpotencias A y B que apoyan, cada una de ellas, a una pequeña potencia, C y D, prometiéndoles suministro de juguetes bélicos e incitándolas a la guerra entre ellos. Esto fomentaría la producción armamentista de las consabidas superpotencias A y B, creando para ellas más fuentes de trabajo y mejorando su economía. En alemán hay un dicho: “La guerra es el padre de todas las cosas.” C y D luchan una contra la otra, respaldadas por el suministro de armas de A y B. Mientras la economía de A y B florece, C y D son las que “pagan por el pato,” hundiéndose en la miseria debido a las consecuencias de la guerra. Así al menos me lo imagino con mi inocente mente.

Michael