: : De visita donde Sherlock

Estaba en el estudio de una hermosa casa estilo Victoriana. Todo bellamente decorado. De mucho gusto. Muchas antigüedades, como era de esperarse. Muchos libros de tapas de cuero color café en los estantes. Fotos antiguas con bellos marcos por todos lados. En las paredes cuadros de cacerías a caballo. Los ventanales tenían marcos blancos. La vista daba a un parque. Al otro lado de la puerta doble había un gran escritorio de madera gruesa y brillante. Entre dos sillas de respaldo alto había una mesita de madera redonda de tres patas, sobre ella una fuente de cristal con chocolates. Todo lleno de finura y elegancia. Me senté a esperar. No tenía otra alternativa.

Habrán pasado no más de tres minutos cuando por la puerta apareció un tipo alto, muy delgado, de prominente nariz aguileña. Era nada menos que Sherlock Holmes, como podrán ver estaba soñando. No cabe la menor duda, ya que el tipo en cuestión fue un invento de Conan Doyle y no una persona real. Segundo, de haber sido real ya estaría más que muerto, en ese caso habría sido un fantasma, y este cuento no es de terror, así que eso queda fuera de toda consideración.

Sherlock vino y me saludó muy cordialmente, como si nos conociéramos de antes. No puedo negar que por años he sido un seguidor empedernido de sus historias, sin embargo nunca antes me había topado con el detective ni en sueños, así que no puedo negar que me llamó la atención su entusiasmo al verme.

Conversamos un buen rato, ya que se fumó al menos tres pipas. Lo que en tiempo podría ser más de una hora con facilidad. Le pregunté por el doctor Watson, pero no me contestó y cambió el tema. Quién sabe si habrán estado peleados al momento de este encuentro. Puede ser. Compartieron el mismo apartamento por varios años, puede que al final ya no se soportaran. Tengo un gran amigo con el que compartimos un apartamento en el centro de Santiago. Vivimos ahí como tres meses y después de eso no nos volvimos a hablar. Cosas de la vida. Recuerdo que su madre nos dijo que era un error mudarnos juntos. Al principio lo pasamos súper bien, hasta que aparecieron las hijas de Venus y se nos fue la convivencia a las pailas. Que triste.

Para ser honesto no recuerdo para nada de qué hablamos con el señor Holmes a parte de ese detalle de Watson. Debe haber sido entretenido o si no me hubiera ido a soñar con otra cosa. No me queda claro si se pueden manipular los sueños. Creo que no. Cuando tengo pesadillas generalmente la única salida es despertar sobresaltado. En una de esas la visita a la casa del más grande investigador de todos los tiempos fue terrible y simplemente no me desperté a tiempo.

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