: : Por los tornillos de la madre

Me bajé del trolley y caminé como de costumbre. Por la sombrita, ya que el astro rey anda pegando que da miedo. Que calor nos ha tocado este verano. En el hemisferio sur en cambio, se están congelando. Hay nieve donde nunca antes la hubo. Terrible. La madre tierra se nos volvió loca. En una de esas le llegó la menopausia y nadie lo había anticipado.

El asunto es que el calor que nos ha tocado es cosa seria, y como si fuera poco ya anunciaron que la temporada de huracanes (que de paso empezó hace ya varios días), viene cargadita al descontrol. Habrá esquizofrenia en las aguas del trópico. Los vientos soplarán descontrolados y la lluvia caerá sin medida ni clemencia.

Cuando uno lo piensa detenidamente, no hay un lugar en el planeta que pueda ser considerado perfecto. Creo que eso no es más que una ilusión. Para donde uno mire tenemos huracanes, tornados, tsunamis, avalanchas, inundaciones. Ni hablar de los calores extremos o los fríos hiperbóreos. Ni hablar de los mosquitos, los animales venenosos, los sanguinarios depredadores. No estamos seguros ni en la tierra ni en el mar. Horror. A la pachamama se le aflojaron los tornillos. Finalmente la sacamos de sus casillas y que quede claro que no me refiero a Iker.

La madre tierra se ha transformado en una vieja demente, trastornada, chiflada. Es nuestra culpa y de nadie mas. La pobre ahora debe estar dedicada a criar gatos por docenas. Está encerrada en un departamento oscuro y maloliente. Sola. Triste. Perdida en sus recuerdos. Así hacen generalmente las damas de edad avanzada que pierden su acercamiento con la realidad. Pobrecitas. Lo bueno, es que dicen que los gatos son animalitos limpios y que no requieren de grandes cuidados. Se atienden solitos. En lo personal no tengo nada contra los felinos. Hace algunos años tuve uno. Se llamaba Lord Parsifal. Estaba totalmente loco.

Ayer hablaba con un amigo que antes de que su padre falleciera le prometió hacerse cargo de su madre. La señora tiene ahora como noventa años y hace algún tiempo sufrió un derrame que le quitó para siempre su independencia. Mi amigo ha cumplido la promesa que le hizo a su padre y cuida de ella como se lo merece una madre. Eso es raro en este país. Acá la percepción que se tiene de los ancianos es distinta, En pocas palabras, la política es cada uno cuida de si mismo. Y san se acabó. Volviendo a lo mío, creo que la madre tierra también merece de nuestros cuidados. No podemos dejar que su demencia siga en aumento por culpa de la soledad y de los malos tratos de sus hijos. Debemos ser agradecidos. No olvidemos que todo lo que somos y tenemos se lo debemos.

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