: : Una declaración de guerra al peso

Me gusta comer ensaladas, a pesar de que no lo hago muy a menudo. Rara vez las aliño. Eso de los aderezos no va conmigo en lo más mínimo. No es mi costumbre. En lo que respecta a las ensaladas soy un tipo simple y sin complicaciones. Lamentablemente no me sucede así en todas las cosas. Sin embargo, eso de los aderezos puede ser aplicado a todas las partes de mí día a día. Trato por todos los medios de no ser complicado aunque no siempre lo consigo.

Creo que ahora que me propuse bajar de peso debo comer más ensaladas de lo que he comido últimamente. Quiero bajar aún más de lo que he bajado. No por simple vanidad sino que por salud. Mis pobres rodillas están hechas una miseria soportando el tremendo mastodonte en que me he convertido. Bajar de peso es algo que generalmente me propongo todos los años. Bajo un poco y subo otro poco. En general mis esfuerzos hasta el momento no han sido de lo más exitosos. Es como si las Naciones Unidas estuvieran mediando en mi problema con el peso. No llegamos a nada. Puras conversaciones. Cascos azules por aquí y por allá pero no pasa nada con el peso. El colesterol debe estar por ahí también. Acechando. Agazapado en un rincón de mis arterias. Debo dejar de lado las mediaciones de la ONU y tomar el asunto del peso en mis manos.

En todo caso, aunque no me crean, he bajado. En relación al año pasado tengo diez libras menos. No me pregunten cuantos kilos serán, saquen la cuenta solitos. El problema es que me había propuesto bajar sesenta. Si las matemáticas no me engañan, me faltan cincuenta. Horror. Pero para allá voy. A bajar de peso se ha dicho. No me parará nadie. He tomado el toro por los cuernos. Ahora sí que se verán cambios sustanciales. La cosa no será igual.

He decidido hablar del peso ya que cuando hablo de religión o de política como que todos se me espantan. No es nada personal. Tampoco es por falta de respeto en las creencias de los demás, pero siento que si me llenan el correo electrónico con cadenas religiosas y políticas, lo mínimo es que sepan como pienso en relación a algunos temas. Tengo mis opiniones. No soy sólo una cara bonita.

Sé que no todas las personas son iguales y hay quienes viven sus creencias al máximo y de manera honesta. Sin embargo vivimos en un mundo hipócrita donde son demasiados los lobos que disfrazan sus sinvergüencerías bajo mantos de religiosidad. Sólo se engañan ellos o quizá de verdad aún creen que el cielo se compra. Puede ser que así sea ya que si miramos detenidamente a las religiones veremos que en su gran mayoría no son más que grandes negociados. Corredores de propiedades celestiales. Asumo que Dios en su inmenso amor me pueda querer así gordito como estoy, sin embargo el problema es que soy yo quien no se está queriendo. Bajar diez libras en un año es un chiste. Una vergüenza. No estuve ni cerca de lo que era mi meta.

El otro día sin ir más lejos, un colega se quejó de que mis escritos se habían vuelto demasiado negativos y que yo no era así. Puede ser que empecé mi dieta y eso me tiene viendo lo que me rodea con los lentes equivocados, ya que si me los saco no veo nada. Tal vez me los debería sacar, puede ser que mi problema no sea la dieta sino que no me gusta mucho lo que veo a mí alrededor.

4 comentarios:

Claudia dijo...

La verdad es que no s epueden hablar maravillas de un mundo que esta lejos de ser una maravilla... hablar con honestidad no es ser negativo, creo yo.

Anónimo dijo...

PABLITO, RECONZCO QUE POCAS VECES LEO LO QUE ESCRIBES PORQUE POCAS VECES ME DOY EL TIEMPO PARA ESTAR EN EL PC SI NO ES POR TRABAJO.
ESTOY PLENAMENTE DE ACUERDO CON LO QUE ESCRIBES. HE VIVIDO EN CARNE PROPIA LO QUE RELATAS Y HE VIVIDO EL LOGRO DE LLEGAR A PUERTO Y SENTIR MI SATISFACCION PERSONAL.
DALE AMIGO....QUE SI SE PUEDE...........Y ES LA RAJA

FELIZ AÑO NUEVO....EL AÑO DEL TIGRE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

MACA

Anónimo dijo...

Hola, Pablo:

En cuanto a la ensalada, la postura mía es como sigue, expresado en inglés:

"You want some dressing?" - "No, I rather prefer it naked."

Con respecto a las creencias, los libros sagrados tienen un problema principal: son contradictorios. Por es, lo dejan a uno aturdido y desorientado. Como toda religión tiene en común los principios morales, más vale seguir éstos y dejar de lado todo lo ritual y demás aspectos decorativos.

Saludos,

Michael.

Anónimo dijo...

Hola, Pablo:

En cuanto al peso, siempre pienso que es el afecto de la madre Tierra hacia uno, expresado por la fuerza de la gravedad.

Saludos,

Michael.