: : El mundo en que nos tocó vivir

John Lennon tuvo una amante con el permiso de Yoko Ono. Se llamaba May Pang. Fue durante un fin de semana perdido que duro año y medio. Fantástico. Vi una foto de la señora Pang. Con sus ojitos achinaditos, sus lentes grandotes y su pañuelo en la cabeza. Era mucho mejor que la señora Ono. Nunca he podido entender que le vio John a Yoko. Si no hubiese aparecido ella en su vida tal vez los Beatles seguirían juntos. Quizás John no se hubiera mudado a New York. Quizás John seguiría vivo. Creo que los Lennon-Ono no eran tan felices como decían. Eran excéntricos y con eso ocultaban todo.

No me considero fanático de los Beatles para nada, sin embargo reconozco que fueron unos adelantados para su época. Una buena mezcla se dio ahí. Los cuatro muchachos de Liverpool y Sir George Martin. Ahora los melenudos han regresado en gloria y majestad. Con esto del juego RockBand los fanáticos están felices. Como locos. Haciendo vigilias a las afueras de las tiendas como en los viejos tiempos. Lástima que Juan Pablo II o Lady Di no tocaran en ninguna banda. Tal vez ahora estarían de vuelta. Claro que no se han ido. Los grandes nunca se van del todo. Permanecen. En general toda persona que ha sido querida permanece a pesar de la muerte. Por supuesto que los famosos permanecen por más tiempo, esa es la diferencia.

Hoy escuchaba en la radio a un comediante que defendía el ataque de Hiroshima y Nagasaki. Como si fuera poco, hablaba hinchado de orgullo de una foto que tenía de la explosión de la bomba atómica firmada por los cuatro tripulantes del Enola Gay. Se puede encontrar cualquier cosa en Ebay. Hay cosas de la vida que no puedo entender. No puedo entender el orgullo que se pueda sentir de una acción tan cobarde como lanzar una bomba de esa magnitud sobre miles de inocentes. Yo no estaría orgulloso de algo así. Mañana se cumplen ocho años del ataque a las Torres Gemelas. Otra gran cobardía, sólo que esta vez en casa. Todas las cosas dependen del cristal con que se miran. Vivimos en mundo en que todo es relativo. No olvidemos nunca eso. No seamos livianos a la hora de juzgar la paja en el ojo ajeno. Por ahí dicen que el que esté limpio de pecado lance la primera piedra. Yo no estoy para tirarle piedras a nadie.

No comparto ningún acto de violencia como algo necesario. No puedo entender que la única forma de solucionar los problemas sea peleando. Aniquilando. Pisoteando. Subyugando. El gran pacifista que fue John Lennon murió asesinado por un fanático religioso absolutamente desequilibrado. Terrible. Se supone que Dios es amor sin embargo los peores derramamientos de sangre del planeta han sido hechos en su nombre. ¿En qué mundo nos ha tocado vivir? ¿En qué momento perdimos el norte como especie? Creo que estamos en el instante preciso de sentarnos a reflexionar. Especialmente ahora que los Beatles surgen nuevamente como inspiración de multitudes gracias a un video juego. "Todo lo que necesitas es amor" cantaban. Puede que ahora le pongamos mayor atención a su mensaje. Pueda ser que ahora les hagamos caso.

No hay nada peor que un fanático de lo que sea. Son irracionales. No entienden razones. No ven las cosas como en verdad son. Se pierden. Se descontrolan. Los fanáticos se ponen peligrosamente al borde de la locura. Lamentablemente, los exaltados estos no son pocos. Están por todos lados. Crecen debajo de las piedras. En las iglesias, sinagogas, mezquitas, estadios, callejones, escuelas y a las afueras de los Seven-Eleven. Están en cualquier parte y son peligrosos.

Hay quienes culpan a Yoko Ono de que los Beatles se separaran. Hay quienes nunca le han podido perdonar eso, sea o no sea cierto. Tal vez se iban a separar de todas formas. Puede ser que los cuatro amigos de Liverpool no se soportaran. Crecieron y sus vidas tomaron avenidas diferentes. Quién sabe. Fatiga de material diría un mecánico que una vez conocí. Todo lo que se descompone es por fatiga de material decía. Tal vez el material humano que creó piezas musicales que hasta la actualidad deslumbran se fatigó. No había más que hacer. Ahora sólo quedan dos de los cuatro. Es imposible pensar en una reunión como la de los Eagles. Ese sueño terminó un ocho de diciembre de mil novecientos ochenta en manos de un fanático chiflado. Hay que tener cuidado de los fanatismos. No le hacen bien a nadie.

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