: : La vida nos da sorpresas

Un muy buen amigo está atravesando por una separación. Un divorcio. No es cosa alegre por ningún lado. Pero lo bueno es que éste amigo en cuestión ha tomado una actitud más o menos positiva al respecto. Así es. Ha buscado refugio en libros de auto ayuda. No es mala la cosa. Hay personas a las que ayudan ese tipo de cosas. A mí como que no mucho, pero que le vamos a hacer. Ese soy yo. En todo caso, como ya mencioné en alguna ocasión soy un fiel admirador de la sicoterapia. Creo que eso si que ayuda. Gracias a un año de sesiones pude salvar mi matrimonio que iba en dirección desconocida. Así es, claro que el problema era yo, posiblemente por eso me ayudó. Mucha gente busca ayuda siendo que no son ellos el problema. Eso sucede más seguido de lo que uno pudiera imaginar.

Eso de la autoayuda es extraño, Ya que si uno la saca de un libro lo de auto ya no corre. Es simplemente ayuda entregada por otra persona de buenas intenciones. Así es. La mejor intención es la de vender uno de sus libros que de paso, tiene continuación. Así que si uno realmente se quiere mejorar tiene que seguir comprando libros hasta completar la colección. En verdad, si uno lo mira detenidamente la única ayuda que se está dando es a la economía y al escritor.

Lo más simpático de todo es que generalmente la ayuda que estos libros entregan es bastante simple. Lógica si se quiere. Es cosa de poner atención. Fijarse en los detalles. Dejar que la vida lleve su camino y no tratar de forzarlo. En general, aprender a aceptar las cosas como son. No como uno quiere que sean, en pocas palabras, aplicar el sentido común. Lo que sucede es que generalmente cuando estamos pasando por esos momentos dolorosos de la vida no tenemos cabeza para concentrarnos en eso. Tampoco tenemos oídos para escuchar a los que están más cerca de nosotros y que por ende puede ser que nos conozcan mejor y que entiendan mejor la situación por la que estamos atravesando. Así es que nada mejor que buscar ayuda poniendo atención a los consejos de otra persona. Que con más calma ha podido ordenar el razonamiento lógico que todos hemos ido perdiendo poco a poco con el pasar de los años. Algunos lo hemos perdido con el tiempo, otros nacen genéticamente dañados. El asunto es que los libros se venden mejor que las empanadas que prepara mi señora.

No me gusta por lo que está pasando mi amigo. Es doloroso. Lo entiendo porque hace años pasé por lo mismo. Por alguna razón el rompimiento de un matrimonio es siempre un paso difícil de dar. Si uno mira para atrás, algunos más que otros, en general nos pasamos la vida rompiendo relaciones hasta que damos con la correcta. No es nada fácil. Toma tiempo. A veces simplemente no llega. Así es la vida. Cosa seria. No hay recetas que nos enseñen a vivir. Hay quienes nos quieren vender perfección sin embargo todos sabemos que ese estado donde todo es maravilloso, de darse, dura un suspiro. Lo que hay que aprender es a disfrutar los momentos cuando se dan y tratar de mantener el recuerdo. Hay quienes se quejan de lo mal que les ha ido, eso es porque han concentrado toda su atención en esos momentos nefastos que debemos asimilar pero no mantener vivos eternamente en nuestras memorias.

Aunque no lo crean los recuerdos alegres son el combustible que nos mantiene con energía, eso y el hambre de logros y retribuciones. Lo demás debe ser anotado y archivado. Dejar los malos recuerdos sobre nuestra mesa de noche por siempre es un error. Lo mejor es aprender y seguir adelante. Recordar lo bueno y sacar una lección de lo malo. Debemos querer más. Pedirle más a la vida y esforzarnos el doble por lograrlo. Creo que mi amigo va por buen camino. Me alegro que se acercara a mí para confiarme sus pesares. Espero serle de ayuda. Por lo menos ser un apoyo. Que no se sienta solo. Es rico tener amigos. Los amigos en general siempre son mejores que la familia, ya que a ellos los elegimos o nos eligen, eso da igual. A veces en la familia se encuentran esos casos especiales de primos que son como hermanos y de hermanos que son como padres. Como he dicho en más de una ocasión, he sido afortunado ya que tengo de todos esos ejemplares y más.

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