: : De la que se salvó don Lula

Para quienes aún no se han enterado, empezó el carnaval en Rio. Se armó la fiesta. No es que necesitaran excusa alguna para celebrar, pero ahora que la tienen quien los para. Los brasileros son especiales en muchos sentidos. Son gente muy alegre, algo que no es muy común en los latinoamericanos. Hay quienes confunden ser alegres con ser alcohólicos. No es lo mismo. Hay países en que la fiesta no es tal hasta que la mitad de los asistentes están inconscientes y la otra mitad esta a una cerveza de estarlo. Es la verdad. La mayoría no sabemos ser alegres.

Me gustaría ser más alegre. Mi señora siempre se queja de que soy muy serio. Puede ser. Creo que soy alegre pero no lo soy. Tiendo a confundir a la audiencia con bromas pero por dentro estoy destrozado. Una careta dirán por ahí. Puede ser. No les voy a discutir. Ahora, ya que estamos hablando del tema, yo creía que usar caretas no significaba ser hipócrita, sin embargo en Wikipedia dicen lo contrario. Según este noble portal de internet, la hipocresía es el acto de preconizar cualidades, ideas o sentimientos contrarios a los que en realidad se tienen. La explicación es mucho más completa que eso pero con esa parte he quedado helado. Horror. Soy un hipócrita.

Lo siento pero es verdad. A veces me descubro y me espanto un poco más de mi mismo. No soy lo que pienso que soy. Soy peor. Supongo que ahora que he llegado a esta dolorosa verdad querré cambiar eso, sin embargo lo dudo. Siempre lo he sabido. Sólo unos pocos conocían mi verdad. Lo que pasa es que xxx siempre he sido muy hermético, y esta careta era la manera de mantener a los observadores a raya. Algo así como la cinta amarilla que ponen las autoridades en la escena de un crimen. Mi crimen es no querer que nadie sepa lo que llevo por dentro. Ahí está, lo he dicho. Ahora cambiemos de tema. Volvamos a lo de las olimpiadas de Rio. Buena fiesta será esa. Quienes vayan lo pasarán bien. Sí, porque allá se pasa bien. Allá son alegres.

“Hacer el mundial y las olimpiadas, sería como la coronación de mi Presidencia”, le dijo don Lula a uno de sus más cercanos colaboradores, y así ha sido. Lula está cerrando con broche de oro un ciclo virtuoso de su gestión de gobierno. Alta popularidad, liderazgo regional y un rol cada vez más activo a nivel internacional. Por suerte para él en todo caso, don Obama es un tipo tranquilo ya que de haber estado el vaquero a esta hora las tropas norteamericanas estarían desembarcando en Rio para quitarles las olimpiadas. Era cosa de inventar que debajo del Cristo Redentor Lula guarda armas de destrucción masiva o uranio enriquecido para que la ONU diera su permiso. Ahora, después de este pequeño revés para la administración del cambio asumo que el asunto de la reforma de salud también debe estar pendiendo de un hilo. Nada como golpear a alguien que está con la guardia baja. Con las olimpiadas en Chicago posiblemente se hubiesen solucionado un montón de problemas en la zona pero no fue así. El sueño se acabó. Hay que mirar en otro lado por soluciones para los problemas internos. Una lástima. Pero qué le vamos a hacer. Así son las competencias. Unos celebran y otros lloran la derrota. Lo importante es que hay que ser optimista y mirar hacia adelante con fe. No siempre se puede ganar. Hay que dar vuelta la página.

Supongo que ahora la cosa de todas maneras tendrá que tirar para adelante, ya que finalmente el Fondo Monetario Internacional dijo que la crisis había terminado y ya estamos en plena estabilización. Por lo menos. No hay mal que dure cien años decían por ahí. Ahora hay que ver como ordenamos el pastel que nos dejaron los niños locos de Wall Street. Que jovencitos más desordenados estos. Se fueron a la casa con las mochilas repletas de dólares y ya. Que otro cargue con ese muerto dijeron. Pillines. Ahora sí que estoy siendo hipócrita. No me causa ni una gracia el tete que nos dejaron estos desalmados “brokers” del carajo. Me acuerdo y me da rabia. La sacaron facilita. Dejaron a todo el mundo embarcado y se fueron con sus millones. Sabandijas. Ojalá paguen por lo que hicieron. Dios quiera que alguna vez veamos un poco de justicia en todo esto.

Me gustaría ser más alegre de lo que soy. Lo digo de todo corazón. Me gustaría poder tomarme las cosas con más liviandad pero no puedo. Me cuesta. Como que no está en mi naturaleza. Sin embargo y aunque parezca raro, soy un soñador. Un optimista. El ser serio no implica ser pesimista. No lo soy. Siempre trato de buscarle el lado positivo al asunto. Me alegro por los brasileros que se quedaron con las olimpiadas. Me alegro de que hayamos salido de la crisis. Lo siento por don Barack que después de esto no debe haber quedado muy contento, pero al menos lo intentó. Compitió en buena fe y no ganó. Cosas de la vida. Sé que se pondrá de pie y sacará algún aprendizaje de esta experiencia, yo al menos acepte públicamente que no soy tan alegre como parezco.

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