: : Cada libro tiene su lector

Resulta que Obama tiene un medio hermano que se las da de escritor. Excelente me parece. Bien por él. Escribir es un buen pasatiempo. En mi caso es algo así como un exorcismo diario. Hay mucho que sacar y que mejor que escribiendo. La cosa es que Mark, el hermano del presidente, saco de su manga una novela, como dice él, semi autobiográfica. Algo así como mitad y mitad. Un poquitín de aquí y un poquitín de allá. Por lo menos es honesto. Siempre que leo una biografía quedo con la sensación de que no todo es cierto. Por lo menos el hermano lo dice de frente.

Escribir parece ser un buen negocio. Contar cuentos es un arte ancestral. Aunque parezca increíble, los libros, bueno y malos, siempre encuentran a alguien que los lea. Una maravilla. Por ahí dirán que hay mercado para todo. El papel aguanta mucho.

Supongo que si alguien viniera con una buena oferta yo también publicaría mis memorias. Por un buen precio contaría secretos e infidencias. Me ganaría unas cuantas demandas y después saldría a promocionar mi librejo. Mientras más escándalo mejor, publicidad gratis dicen las malas lenguas. El fin justifica los medios. Vender. Para eso se publican los libros. Para ser vendidos. Volviendo a mis memorias creo que serían entretenidas. No sé si polémicas, pero a mi parecer simpáticas. De todo un poco. No sé si se necesitaría exageración, ya que por un tiempo mi vida fue bastante exagerada. Libertina y desordenada.

Pero esos tiempos pasaron. Quedaron en el recuerdo. Alguna vez y tras varias copas algunos amigos me dijeron que las escribiera. Por supuesto que no me ofrecieron dinero, así que no les hice caso y seguí con mi vida y mis memorias en un cajón.

El cuento del platanal siempre deja a todos impactados por mi osadía. El viaje en moto que hicimos con mi hermano también es interesante. Tengo varias aventuras viajeras que serían una delicia. Hubo una época en que me creía todo un James Bond. Con menos glamour pero con mucha muela como dicen por ahí. No puedo dejar fuera de mi libro los cuentos de Johnny Manzano y su señora Nicole. Una maravilla. Lamentablemente la CIA nunca me contrató como informante, eso hubiese sido un buen gancho. Nada como sacar a la luz secretos sin importancia. Pero no seguiré, ya que nadie me ha hecho una buena oferta. Por ahora mis cuentos seguirán siendo míos y de unos pocos afortunados que me han pillado volando bajo.

Me pregunto si de no ser el hermano del presidente de los Estados Unidos habrían publicado el libro de Mark. Mi hermano no puede ser presidente, ya que no nació aquí. Yo tampoco. Así que por ese lado como que no hay caso. Tendré que seguir esperando mi momento. Ya llegará. A todos nos llega eso que llaman los quince minutos de fama. Es cosa de armarse de paciencia y esperar. Ya llegará.

4 comentarios:

Octavio Guerra Royo dijo...

No necesitas ser hermano del presidente para que tu libro sea un éxito. Eres un excelente escritor y serías un magnífico jefe de campaña para que tu hermano se postule para presidente de Chile. Yo no podría ni soñar con eso porque no pertenezco a la familia de los Castro. Mira Juanita Castro, sacó un libro de cuentos que llamó "secretos de familia" y lo han convertido en todo un éxito. Trata, al menos, que tu hermano llegue a ministro, si no del gobierno, quizá de una iglesia y se case con una bailarina de go-go, ahí tendrás un buen escándalo. Un abrazo, sigue escribiendo.

Eddie dijo...

Como se llama el Libro que escribio Mark? Lo venden en Amazon o Barnes and Noble?

Anónimo dijo...

Hola, Pablo:

Las lecturas en Das Blaueulencafé siempre son interesantes e incluso impresionantes. No sabía de la desfachatez de Sarkozy, pero si del otro tipo, cuyo nombre ni siquiera merece ser pronunciado.
Ayer leí una noticia en el sentido de "el 75% de los jóvenes en los EEUU ya no sirve para el servicio militar." A ver qué hay para comentar acerca de eso.

Bueno, muchos saludos y que sigas adelante en Das Blaueulencafé.

Michael.

Eddie dijo...

Excuses or results. When there's a will, there's a way. You can do it.