: : Anoche mientras dormía

Anoche mientras dormía plácidamente, un estruendo me despertó. Mejor dicho, nos despertó. Mi señora casi se cae de la cama. Un trueno explotó sobre nuestras cabezas sin aviso. Me paré asustado y rápidamente fui a ver a los niños, ellos dormían como angelitos en sus camas. Todo estaba bien. No había pasado nada. Afuera llovía como si fuera el fin del mundo. Truenos y relámpagos. Un viento feroz. Toda una belleza. Un espectáculo impresionante. La madre naturaleza mostrando su furia. De vez en cuando es bueno recordar que vivimos en un matriarcado, y que es ella la que manda.

Mucha ha sido el agua que ha pasado por debajo de nuestros puentes. El siglo veinte estuvo lleno de hitos memorables y otros no tanto. El siglo veintiuno no lo ha hecho nada de mal. En la misma senda de su antecesor. Parece que, como en más de una ocasión he mencionado, los humanos definitivamente no aprendemos y nos pasamos la vida buscando la misma piedra para tropezarnos nuevamente en ella. Somos cosa seria.

Un día como hoy pero hace cuarenta años, el sueño de California se convirtió en una pesadilla. Un grupo de jóvenes seguidores de un demente salieron a horrorizar Beverly Hills. Querían que con su ataque a la realeza Hollywoodense herir mortalmente todo lo establecido. Acabar con el establishment. Una revolución sangrienta. En la actualidad eso no suena para nada fuera de lo común. No es diferente ni espectacular. Cuarenta años atrás sí. En ese entonces fue un duro golpe a toda la sociedad norteamericana. Hace cuatro décadas la cosa era diferente. La inocencia norteamericana estaba siendo destruida por la Guerra de Vietnam, los problemas raciales, el comunismo, las drogas, la mafia, las pandillas, los hippies, etc. Los asesinatos de la Familia Manson acabaron abruptamente con la década del amor y de las flores. Fue un llamado de atención. La sociedad estadounidense entro de sopetón en la adultez.

A veces nos dejamos llevar por lo cotidiano, por la rutina diaria. El día a día que nos va adormeciendo los sentidos. Nos ponemos insensibles. Duros. El día a día es capaz de hacer eso en nosotros y mucho más. Se nos olvida que este tipo de cosas deben hablarse a ver si quienes nos siguen, nuestros hijos aprenden de las lecciones que claramente cuatro generaciones han ignorado. Es increíble cuando leo por ahí que aparece un despistado seguidor de Manson. No del que canta, sino del otro. Claro que el que canta no lo hace nada de mal tampoco.

Muchos jóvenes no tienen idea de lo que pasó hace cuatro décadas. No conocen de historia. De los hechos que de a poco han ido forjando este país. Sólo saben de Transformers y GI Joe’s. Conocen a Harry Potter y sus encantamientos. La ignorancia es la mejor forma de mantener controlados a los pueblos. Esa es la idea.

La gente siempre se encuentra fascinada por las cosas extrañas y escalofriantes. Mientras más raro mejor. Todos somos iguales en ese sentido. Es parte de nuestra naturaleza. Como les contaba, anoche llovía con fuerza. Impresionante. Un espectáculo aterrador pero a la vez hermoso. Así es como suceden las cosas en la vida. Un solo matracazo y ya. Por suerte para nosotros nada serio había pasado excepto algunas alarmas de los automóviles de los vecinos se habían activado. Nada del otro mundo excepto el sobresalto. Así que apagamos la luz y volvimos a dormir como si nada.

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