: : En el país de los ciegos

Los ingeniosos alumnos de Virginia Tech, sorprendieron al mundo con su innovador diseño. Un automóvil para ciegos. Así es, un vehículo diseñado especialmente para los no videntes. Provisto de sensores láser, el pequeño auto fue probado con el mayor éxito por veinte jóvenes invidentes que participaban de un campamento de verano. Que quieren que les diga. Brillante. Genial. Encuentro que estos estudiantes se merecen un premio por su creatividad y empeño. Ellos aceptaron el reto hecho por la Federación Nacional para los ciegos hace cinco años, y cumplieron.

Los no videntes van a encontrar un tremendo problema cuando entren a las pistas de las ciudades del mundo, algunas peores que otras, ya que muchos conductores miran pero no ven. Esos son los peores.

Esto me hizo pensar. Por años, todos hemos vividos ciegos ante una cosa u otra. Una ceguera selectiva podríamos decir. Mi madre solía decir que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Mi madre decía muchas cosas. Tenía proverbios para todo igual que mi abuela. Eso es otra cosa que con los años se ha ido perdiendo. Pero volviendo a lo mío, es verdad. El peor ciego es aquel que se rehúsa a ver las cosas como son. Que niega la verdad. Que se nubla ante los hechos. Ese que se cierra al razonamiento lógico. Dentro de la misma idea, otro refrán que se me viene a la memoria es ese que dice que en el país de los ciegos, el tuerto es rey. Brillante la persona que esgrimió esa frase por primera vez. Un genio, como los estudiantes de Virginia Tech. Por ahí viene la cosa.

Votantes videntes que no quieren ver, eligiendo tuertos para altos cargos. Ese es el mundo en el que vivimos. Esa es la triste realidad. Un mundo lleno de personas que prefieren hacer como si nada estuviera mal. Que miran al lado para no ver lo que está delante de sus ojos. Generalmente son cosas malas. Nadie quiere ver lo negativo, lo feo o lo injusto. Ese tipo de cosas son problemas de otros. Yo muchas veces he hecho lo mismo, y no me enorgullezco de eso. Es una espina que cargo encima. Es mi vergüenza. En todo caso, algunos no videntes selectivos lo hacen simplemente por ingenuos. Creen que los tuertos a quienes les dieron el poder tienen la varita mágica de Harry Potter. Pobres. Lo siento, pero eso no es más que mucha televisión.

En nuestro continente americano sucede eso con mucha frecuencia. Hay ciertos gobiernos manejados por tuertos de la peor clase. En la mitología griega existían los Cíclopes, una raza de gigantes que tenían un solo ojo. De muy mal carácter y siempre hambrientos eran considerados monstruos. Me llama la atención la semejanza con los tuertos gobernantes. Monstruosos ogros hambrientos de poder. Elegidos y seguidos fielmente por una tropa de ciegos selectivos, esos que aún viendo prefieren no ver.

Entiendo que muchas personas están cansadas de sus gobiernos que han abusado de forma constante de ellos, pero seguir eligiendo al menos malo no es la idea. Es tiempo de que alguien realmente busque elegir al mejor, al más capaz, al más preparado. No puede ser que sigan dando palos de ciego tratando de derribar la piñata llena de dulces que nunca llega. Privatizaciones, expropiaciones, discursos populistas. No puede ser que en pleno siglo veintiuno, después de todo lo que han vivido nuestros pueblos no podemos seguir cometiendo los mismos errores.

Durante ocho años un tuerto gobernó este país. Aun hay quienes lo defienden ciegamente. Aun hay quienes no quieren ver que lo que hizo lo colocó en la historia como el peor. Parece que está en nuestro ecosistema. Somos autodestructivos por naturaleza. No aprendemos de nuestros errores como raza. Estamos perdidos. Esa ceguera selectiva que manejamos es fuerte. No es cosa poca. Necesitamos una sicoterapia de esas descomunales. Con hipnosis y todo. Nada de un sicoanalista por persona, lo que necesitamos es un equipo de especialistas por cabeza. No aprendemos.

Los muchachos de Virginia Tech han dado un gran salto en la historia. Han demostrado que han hecho bien sus asignaciones. Han sido aplicaditos y han conseguido algo importante. La comunidad no vidente debe estar orgullosa de ellos igual que yo. Así es, me siento orgulloso de ellos. Me da gusto ver jóvenes utilizando su inteligencia en cosas productivas. En el bien social. En todo caso no sé qué tan buena sea la idea. Las calles y carreteras ya son suficientemente peligrosas como están. Créanme que no tengo nada en contra de los ciegos. Durante mucho tiempo y para muchas cosas yo también he sido uno.

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