: : De ayer y de hoy

Primero es lo primero. Discúlpenme por no haber escrito nada ayer. No fue por falta de cariño sino que por falta de tiempo. Me imagino que más de alguien habrá pensado que ya no escribiría más. Que mi inspiración se había acabado. Puede que hasta se hayan alegrado. Pero no. Lamento comunicarles que simplemente no tuve tiempo. Que día el de ayer. Memorable. Una delicia. Doce horas sin parar. Como salí tarde de la oficina, me tocó esperar el bus más de una hora. Después de las siete de la tarde el sistema de transporte público es vergonzoso. En verdad siempre es una vergüenza, lo que sucede es que después de las siete es peor, y créanme que no es una exageración.

Como decía, salí tarde de la oficina y en todo el día no tuve tiempo para nada. Apenas almorcé, y eso que ese tiempo es sagrado. Pusimos un cartel pegado en la puerta que decía "no molestar", de más está decir que como de costumbre causó el efecto contrario. Suele suceder así con los letreros. Nadie los respeta.

El proyecto que me asignaron era en sí complicado, y para mejor pusieron a su cargo a la persona menos apta para él. Continuamente ocurre así por estos lados. Pareciera ser que para surgir en la vida sólo basta con una mala actitud y poco sentido común, eso, más la cercanía con los jefes es insuperable. Esa es la receta perfecta. La persona de la que les hablo tiene pocos amigos en la oficina y muchos sobrenombres. Todos le hemos puesto al menos uno. Algunos simpáticos, otros menos. Hay quienes dicen que cuando sale de cualquier habitación deja un hedor a azufre, pero no creo que sea así, es sólo su horroroso perfume barato. Lo importante es que a pesar de esta persona el proyecto se terminó y se logró entregar. Un final feliz.

Pero eso ya pasó y estamos a martes. Es difícil no mirar con ojo crítico todo lo que sucede a nuestro alrededor. Siempre quedo con la idea de que todo está patas para arriba y que a pesar de que todos se dan cuenta, nadie hace nada. Sin ir más lejos, hoy en las noticias se hablaba de los aumentos de sueldos a algunos empleados cercanos al alcalde. Una vergüenza. Según su secretaria se debe a que todos están sobrecalificados para sus cargos y deben ganar más. Ojalá que alguien le explicara eso a mi jefe. Tal vez molestaría menos. De vez en cuando es agradable recibir un reconocimiento. No una de esas plaquitas de "empleado del mes" sino un aumento. Soñar no cuesta nada. Claro que volviendo al tema del alcalde. Subir los sueldos a sólo un grupito cercano a él cuando por todos lados se están haciendo recortes a los presupuestos y aumentando los impuestos no me suena para nada bien. Como les decía, las cosas están al revés.

Esta mañana llegué al paradero y el bus no estaba. Me tocó esperar un buen rato. Como les mencioné antes el sistema de transporte público es una vergüenza, así que no lo haré de nuevo. No hay para qué. Este es el mundo en que nos ha tocado vivir. Un lugar donde todo está patas para arriba. Donde uno trabaja y trabaja para nunca terminar de pagar. Ya pronto, tampoco respirar será gratis. Miento. Cuando llego a la oficina la administración del edificio pone una cafetera. Fui el último en tomar café esta mañana. Quedaba un solo vaso. Hoy llegué tarde.

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